En la página de comienzo hablamos, a modo de presentación, de los quehaceres de la asociación.
Sin embargo, detallar los campos intervención no sirve en este caso para hacerse una idea de cuál es el trabajo de Harrera en toda su complejidad.
Todos hemos oído hablar de la cárcel o del exilio. Intuímos lo que pueden significar. Nos suenan a lejanía, a tristeza, a un inmenso y sucio congelador donde quedan paralizadas las vidas de las personas.
También muchos de no nosotros conocemos a quienes han estado en ella. Por desgracia, en este pequeño pueblo de poco más de dos millones de habitantes, han sido miles quienes han pasado por esa situación.
Ello nos ayuda a sentirnos cerca de los problemas y dificultades a los que se tienen que enfrentar y, en consecuencia, a buscarles una salida razonable y digna.
Todo esto hace que en un país como este sea posible que surja una asociación Harrera.
Nos acercamos al recién llegado. Compartimos con él la alegría de no estar ya “allí” y, pasados los primeros momentos, le ayudamos a dar los pasos para volver a la vida con normalidad.
Les ayudamos desde la cercanía, desde la amistad y la solidaridad, porque sólo así van a superar la desorientación que les produce la nueva realidad en la que de golpe se sumergen. Les ayudamos sabiendo que lo que para cualquiera de los que estamos fuera habitual, rutinario, a ellos les supone al principio un gran esfuerzo.
Sabemos que no resulta fácil adaptarse a una forma de vida que dejaron hace mucho tiempo, que resulta complicado volver a ser dueño de uno mismo.
No es fácil porque, a fin de cuentas, la cárcel y de alguna manera el exilio se ha apoderado de ellos, al limitarles durante años la posibilidad de tomar decisiones que les correspondía tomar.
En la cárcel todo está decidido. Dónde y cómo se va a vivir, cuándo ha que levantarse, o qué hora se puede comer. En la cárcel todo está programado, el deporte, las relaciones con el entorno, cuándo se apagará la luz, hasta las relaciones sexuales en tristes salas de vís a vis a la hora decidida por algún funcionario. Incluso los 40 minutos de visita con familiares y amigos en locutorios son escuchados y grabados.
Recobrar la libertad es sin duda uno de los momentos de mayor felicidad que puede experimentar el ser humano. Sin embargo, como todo, ese paso y lo que le sigue no resulta fácil para nadie. Se vuelve a casa sin trabajo, sin bienes y sin preparación para adecuarse al mundo laboral. Distanciado ademas de lo cotidiano, de la familia, de los amigos.
Esto es, ha de reconstruirse la vida desde cero.
Y, aunque no resulte sencillo de explicar en toda su extensión, Harrera existe para ayudar a que todo sea más fácil y porque, para conseguirlo, es preciso que el la ayuda, la solidaridad, sea colectiva, más allá de la entrega de los familiares y amigos más cercanos.
Los dos pequeños folletos que os mostramos resumen, el primero de ellos, los pasos básicos que quienes salen de prisión o vuelven del exilio han de dar y, el segundo, aquello que según lo contado por los propios afectados suele tener mayor dificultad en la vuelta a la vida normal.
Gracias por vuestra atención y por vuestra ayuda.
HARRERA ELKARTEA
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Koordinazioa: 657105154
Idazkaritza: 657105113
Bizkaia: 657105669